El año pasado, a parte de bisutería, hacía diademas. Un día me dijo la señora de la mercería que ¿Por qué no tocados??
Le conteste que no, que eso sería demasiado para mi.
Hace un par de meses una amiga me encargo un conjunto para una boda, lo dejo en mis manos con toda su confianza. Solo me dio los colores del vestido.
Le gusto mucho el resultado y me pidió un tocado para su madre. Uffffffffff le dije, no se... Pero la confianza que puso en mis diseños, me animaron a hacer el tocado para su madre.
Al fin y al cabo, era lo mismo que hacer una de mis diademas, cambiando la base.
Pues bien. Ya llevo tres y los que me quedan.